...y no, no es el grito del salto del tigre, ni las tripas pidiendo comer, no. Soy yo. Gruñendo, a los apuntes, a mi familia, a las personas a las que quiero, al vacío, al reloj porque pasa muy lento, al reloj porque pasa muy rápido...en fin que Grrrrrrrr! como estado.
Hay días que da igual, la rabia está ahí, y es rabia con todas las letras, como quisiera abrasarte las tripas y de paso llevarse todo lo que encuentre por su paso. Para mi los días que aparece (gracias a Dios, los menos) me resulta muy difícil controlarlo, así que si me doy cuenta de que estoy entrando en "fase Grrrrrrrrr!" casi me paso el día cruzando los dedos para que nadie me hable, me escriba o similares (aunque, si eso pasa, también me pongo a gruñir porque nadie se acuerda de mi)...en fin.
Claramente este es otro de los síntomas de nuestro archiconocido Bipolarum Opositorum (tiempo al tiempo, que algún psicólogo un día lo acuñará como término médico). La verdad es que es una situación -por llamarlo de algún modo- que aún no he descubierto cuándo me sucede...esta vez ha coincidido básicamente con un cambio de planing, a algo más "intensito" -por no llamarlo "El-Planing-Que-No-Debe-Ser-Nombrado" dado lo heavy del mismo.
Los síntomas, por si os ocurre, son básicamente los siguientes:
- Gruñir y gruñir: si tienes perro tal vez es el momento de empezar a tratar de comunicarte con él. Por desgracia yo no tengo así que estas horas, son menos productivas de lo que podrían serlo.
- Ladrar: "u seasé" lo que viene siendo contestar mal, con tono seco y más bien tendiendo a ser una persona desagradable. Es evidente, que la persona se encuentra en un estado en que no es consciente de estas contestaciones y si lo es, le parecen apropiadas, pues considera que tiene derecho a estar enrabiada con el mundo. En estos casos, existen 2 soluciones, o bien esos días aprovechar para quedar con personas de las que te quieres deshacer en tu vida o bien apretar dientes y esperar que las horas en que eres visible para los de casa pasen rápido, para causar los menos daños posibles.
- Pensar que el blanco es algo deplorable y que el negro es detestable: vamos, que lo mismo da que da lo mismo, todo te dará rabia o tedio o simplemente atacarás al mundo porque sí. En estos días NO es conveniente irse de compras (aquí una que decidió que era buen momento para comprarse prendas nuevas y acabó detestando hasta la ropa que llevaba).
- La careta: si, amigos, cuando has pasado por todo lo anterior, tu sigues creyendo que tienes la razón en todos los gruñidos, ladridos y lo deplorable de todo en general, pero además tienes la falsa ilusión de que físicamente, tu cara sigue pareciendo la de una persona feliz con el mundo. N-A-D-A más lejos de la realidad. Por experiencia. A mi una señora mayor me llegó a preguntar en el autobús, con respeto, si me era incómodo que se sentara a mi lado, y os prometo que yo pensaba que le había sonreido cuando la miré.
- Zapatazo: o bueno, bofetón, mordedura...eso ya, segun filias y fobias de cada uno. En mi caso nunca se ha dado, pero cuenta la leyenda que Drácula empezó siendo un humilde opositor con ataques esporádicos de "fase Grrrrrr!" así que nunca se sabe, pero por si acaso, añadid al kit opositor un ajo :-p
Buena semanita ;-)