Todos tenemos claro que opositar es dar un salto cualitativo en lo que a madurez personal se refiere. A grandes rasgos creo que todo opositor lo entiende y evidencia en su persona conforme pasa el tiempo. Pero creo que no todos llegan/llegamos a dar el paso definitivo que puede que en cierto modo nos mantenga "cuerdos".
Me refiero a fijarnos en las vidas ajenas, las de los no opositores. Sé que se ha escrito mucho sobre el tema, pero esta semana lo he estado pensando y creo que he conseguido alcanzar ese estado zen (no lo diré muy alto, no vaya a ser que también esto forme parte de la montaña rusa de la oposición). Así que intentaré dar una vuelta de rosca, para primero tenerlo plasmado por si en algún momento de bajón lo necesitara refrescar, y segundo por si alguien necesita unas palabrejas de "eh chaval que no es pa' tanto".
Creo que lo fundamental es que he interiorizado que en mi vida es verdad que hay muchas personas que tienen mi misma edad y que parten de la misma situación "profesional" que yo, es decir, la de tener una carrera universitaria. Cada uno de ellos han elegido un camino y cada uno a su estilo está peleando en él. Puede que mi lucha como opositora sea más solitaria, más intensa en el tiempo y menos gratificada (sobre todo a final de mes). Pero igual que los de fuera de mi misma no ven todos esos contras que podrían amargarme, yo no veo los suyos en sus respectivos caminos (condiciones laborales, compañeros que parecen de la competencia, jefes...).
La cuestión NO es mirar el camino que cada uno está recorriendo hoy, día a día, sino la meta y preguntarse ¿quiero la misma meta que esa persona?¿sería feliz con ese tipo de vida?. Probablemente la respuesta sea "no", y por tanto esa respuesta contesta a su vez a la pregunta ¿quiero el camino de fulanito?
Ante esa irrefutable pregunta-respuesta, ahora es cuando todos intentamos contestar con un "ya, perooooo..."y se nos ocurren mil pegas a nuestra vida. Pero no es justo con nosotros mismos todas esas pegas, es más es hasta infantil, porque a cada decisión siempre siempre siempre le siguen unas consecuencias, unas positivas y otras negativas.
Sé que es relativamente fácil decirlo -me ha costado verbalizarlo más de lo que creía- y lo difícil es interiorizarlo tanto tanto que no te salga una sonrisa forzada cuando alguien te dice que se independiza o que le han ascendido o que ha encontrado a la persona más maravillosa del mundo, sino que sea una sincera. Pero eso, por mucho que nos lo repitan, tenemos que convencernos nosotros, y mientras tanto...
.... apretar mandíbula y sonreir.
Que las vidas ajenas son eso, ajenas.
Buena semanita ;)