jueves, 27 de julio de 2017

Ni pobre ni pobra

Puedo decir que en este lustro he vivido muchas profecías autocumplidas, visto más historias surrealistas de las que me pudiera imaginar y oído menos clichés de los que se dice que se escuchan siendo opositor. De todas ellas, destacaré la de anteayer, que resume algunos de los comportamientos que más me enervan (en su tercera acepción).

Hete aquí, que me propuse concentrar, en los días de descanso semanales, aquellas actividades que más verano me hacen (y que pueden ocupar menos de 24 horas, claro). Traté de reunir a la gente para esta semana, pero claro...unos están zarpando, otros viajando, otros trabajando...y así no hay quién coincida. Pero bueno. Bien. He aprendido a amoldarme a esta soledad cuasi autoimpuesta (ya sabéis que en algún momento, por estos"¡Oh mundo cruel!", ganaré un Oscar. Al tiempo). 

Fue en una de esas conversaciones en que para suplir su ausencia a estas no-quedadas, la persona me preguntó cómo estaba, qué tal todo y blablablaaa, yo contesté con un escueto "bien, al pie del cañón" (porque contestar un "bien" a secas suena muy cortante, pero contar cómo estás de verdad no procede en ese momento), me respondió con una palabra, una sola, que me enciende y no precisamente en el buen sentido. Ahí os va:
                                                  P        o        b        r         e
¡Ja!¡POBRE!¿Cómo os quedáis? Porque a mi solo de rememorarlo, me hierve la sangre. ¿Pobre?¿Pobre? Pobre será el que trabaja en algo que no le gusta, que tiene que hacerlo por absoluta necesidad, que sufra terribles dolores y aún así no pueda parar. Pobre será el que no pueda elegir, el que no tenga todos los días los esenciales cubiertos, el que nunca pueda salir de esa situación porque la sociedad o sus circunstancias no se lo permitan.

Pero ¿yo?¿pobre yo? Yo que he elegido meterme aquí solita, que me levanto y sigue gustándome lo que estudio (aunque me queje y aunque algunos días no quiera). Yo que puedo tener 1 día a la semana de descanso, que me amoldo los horarios a mis necesidades, que no dependo en mi trabajo de nadie. Yo, que podría dejarlo cuando quisiera (omitamos la parte de drogodependencia que tiene la oposición -que da para otro post-), que estoy trabajando para mi y que el beneficio es íntegro mío. Yo, no soy pobre, ni me siento en ninguna necesidad ni situación para que me tengan lástima, porque aunque existan muchas ocasiones en que no me sienta, en el fondo, soy una privilegiada.

Así que le contesté con un "No, esto es un trabajo más (emoji guiño)" y se despidió. Espero que leyera entre líneas todo lo que conllevaba esa frase, o bueno, casí mejor no.

¡Ánimo a todos! Progresar es estar más cerca.