viernes, 23 de enero de 2015

La aventura

Y es que hay muchos tipos de selvas
No era la primera vez que se embarcaba en una aventura por la selva, sin embargo, nunca había sido de aquela magnitud. Como tantas veces había imaginado, cogió su mochila de explorador, con mil bolsillos, cremalleras y recovecos que rellenar. Sabía que la naturaleza a la que se iba a enfrentar no era corriente, no consistía en ir al parque donde siempre había ensayado, sino que ahora empezaba el camino de verdad.

Llamó a toda su familia, a sus amigos, a las personas importantes en su vida, y les explicó que había recibido esa noticia para la que se había estado preparando todo este tiempo, que el camino estaba a punto de empezar y que pasara lo que pasara de entonces hasta cuando regresara, tenían que saber que los quería con todas sus fuerzas, y que aunque algún día les llegara una postal borde o las respuestas a sus llamadas fueran más ariscas de lo normal, iba a ser producto de todas las vacunas que el camino hasta su destino requería. 

Rellena su mochila con gafas, carpetas, folios, lápices, sacapuntas, cronómetro y chándal, suspiró como queriendo coger todo el valor que cabía en esa habitación, salió, cerró la puerta y supo que en aquél momento se producía un cambio esencial tanto en su interior (por la amalgama de sentimientos encontrados que su cabeza/corazón eran capaces de soportar) y exterior (pues sabía que era momento de priorizar y por tanto incrementar el nivel de restricciones).

Su primer encuentro en el camino fue una Tortuga, la cual le recordó que el tiempo de detenerse a saborear su labor (su estudio diario) había terminado, y que era hora de fijarse en otro animal, un poco más alocado pero con unas energías prácticamente inagotables: la Liebre. Ella le enseñaría todo lo que tenía que hacer para conseguir su vitalidad y su rapidez para llegar a meta dentro de tiempo y pudiendo aspirar al puesto que por su esfuerzo le correspondía.

Así que fue en su busca. Le comentaron que se encontraba, por la época del año que era, en El Grifo Dormido, un lugar que los más viejos del lugar recuerdan como unas preciosas cascadas, que hacían reflejar el sol y convertir un paisaje, ahora yermo, en un lugar que conseguía reunir a las instituciones más notables del lugar.

Cuando llegó, halló a la Liebre brincando, como no, entre "in rem verso", una extraña flor que al tocarla se convertía en piedra, para proteger su interior. Ella le dijo que, para continuar su camino, debía gritar con toda su alma, aquello que estaba buscando, y así lo hizo:

-¡¡QUIERO PONERME A CAMINAR!!

Y como de la nada, se oyó un rumor, cada vez más fuerte, y de repente, de aquél grifo enoooorme que gobernaba la visión general, empezaron a caer folios y más folios, sin ton ni son...Eran demasiados, absolutamente inabarcables así, de repente, y antes de caer exhausta por la impresión, oyó como la Liebre le decía: "El 1 delante del 2 y el 2 delante del 3".

Así pudo recordar que de nada servía correr al tun tun entre los folios, sino que debía empezar un plan de acción para que le ayudaran a salir de ese valle en el que se encontraba.

4 comentarios:

  1. Eres super original. Es un gusto leer como explicas la andadura opositoril en cada una de tus entradas, porque visto así hasta mola ser opositora y ser prota de aventuras cómo estás. En todos los caminos hay tortugas y liebres, y hay que aprender de la templanza de la tortuga que disfruta con su lento paso de todas y cada una de las cosas, y de las liebres que con su energía y vitalidad te hacen el camino más llevadero. Eso sí, con coherencia, porque antes del folio 2, va el 1, que todos sabemos que a veces la liebre con la locura se pierde en esos detalles jajajaja. Lo dicho, super original. Animo y feliz fin de semana

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    1. Hola! Mil gracias lo primero!!! me has subido el autoestima a las nubes jajaja :) Creo que la oposición, como la vida, solo hay dos formas de tomársela, o a buena o a malas, y que quieres que te diga, opto por el camino menos amargo :)

      Espero que tu finde vaya de cine también, sea como tortuga o como liebre, según te toque. Un beso

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  2. Magistral, como siempre. Gracias por cargarnos a todos de ilusiones y fuerzas renovadas, después de disfrutar de tus palabras sí que apetece comerse los temas... ¡¡ánimo este fin de semana!!

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    1. Jajaja a ver si va a ser que en vez de opositora debería empezar a plantearme a ser coach de opositores jajajaja. Ahora medio en serio, siempre pensé que el día que un psicólogo repare los opositores ¡se forra!

      Muchas gracias por tu comentario, me ánima saber que lo que cuento sirve para dar un empujoncito a otras personas, al menos "hago algo útil" en el camino :) Un beso y a por todas!

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