Siendo tradición en esta mi casa, trataré de resumir mi año 2018 en un cúmulo de palabras, aunque imagino que me dejaré muchas vivencias para las que nuestra querida RAE aún no ha inventado palabras:
Final Llorar Ser fuerte Eliminar Reforzar Preocupar Ocupar Superar Mejorar Psicología Contenta Horarios 3 Cronómetros Alegría Nervios Ayuda (pedir y dar) Ansiedad Control Gestión Reto Dominio Completos Colectivo Cantar Cantar Cantar Aquí y ahora Locura Sinrazón Piedad Abrazos Dudas Seriedad Sorpresas Compañía Isabel Coixet Teléfono Ánimos Buenos libros Racionalizar Sentirme fracasada Sentir que podía aprobar Miedos Ilusión Reconstruir Escuchar Fresas Observar Preguntas Respuestas Autoimposición Dureza Bodas Perdón Montaña Perder Ganar Afonía Familia Mensajes Llorar No sentir Perderse Vacaciones Charlas Pedir Exigir Desaprendiendo.
Lo leo y la verdad da la sensación de que ha sido un mal año, y a pesar de todo, pese al suspenso, recuerdo los 2015-2016 mucho peores que este año.
A 2018 le pedí que me diera respuestas y ya dicen que cuidado con lo que deseas porque se puede hacer realidad. Respuestas obtuve, desde luego, sin embargo en casi ningún sentido del que realmente me hubiera gustado recibir. Así que a 2019, con la boca chica, pediré claridad de pensamiento, para poder tomar decisiones sabias (por lo pronto saber dónde quiero ir profesionalmente).
Os deseo muy feliz entrada de año a todos, que no os atragantéis con las uvas y que pidáis...pero con cabeza :p