jueves, 19 de marzo de 2015

Problema-solución (x 2)

No me gusta esa faceta quejicosa del opositor ni esa en la que nos relamemos las secuelas de nuestra profesión unos a otros. Pero la verdad es que hoy necesito expulsar ese sabor amargo que a veces deja este modus operandi que es la oposición. No porque lleve una mala racha, al contrario, sino porque necesito que salga cuanto antes de mi, para poder continuar contando esta aventura como lo que es, un camino que consigue que des más de lo que jamás pensaste que podrías.

Así que allá va:

Vuelvo a estar semiparalizada por el miedo. Cojo temas -sobre todo civiles- y es que me "cago viva" (perdonad la expresión), porque sé que han de ir tan perfectos y que serán mirados con tanta lupa, que me autopresiono de lo lindo. 

Mi solución por el momento está siendo dividirlos por mitades. La primera mitad siempre suelo aguantarla y capearla con bastante acierto, pero la segunda....se me suele hacer muy cuesta arriba porque voy justa de tiempo o porque mi cerebro ya no chuta como al principio. Así que si el tema lo permite, cojo y en vez de empezar por el primer folio de esta segunda parte, cojo el último epígrafe del tema (suelen ser 2-3 folios) y cuando lo he acabado cojo el anterior epígrafe. Y casi sin comerlo ni beberlo, he acabado el tema. Suena estúpido, pero es una forma de autoengaño al cerebro que me funciona bastante bien (y digo "bastante" porque no siempre funciona).

La otra vertiente de la opo que me ha golpeado estos últimos tiempos es la de constatar las renuncias, puede que porque hacía tiempo que no me hacía falta renunciar a nada (la verdad que en parte una suerte). Verbalizar que tienes que posponer algo que te encanta (no es que te guste, ni que te haga gracia, sino que t-e  e-n-c-a-n-t-a) para cuando todo esto pase...esta semana se me ha atragantado un poco, la verdad. No es que haya pasado nada nuevo, ni algo que no supiera que iba implícito en esto, sino que ha sido como esos perros que están atados a un palo y cuando intentan salir corriendo la cuerda les pega un tirón. Esa falsa sensación de libertad...supongo que sabéis a lo que me refiero.

Mi solución, sencilla, pensar que lo que me encanta seguirá ahí cuando apruebe, y pensar que toda decisión lleva implícitas unas desventajas. Digo sencilla, pero no deja de dejarte el corazón compungido. Pero pensemos que cuando seamos titulares de nuestra plaza, otro gallo cantará.

"Después de saber cuándo debemos aprovechar una oportunidad, lo más importante es saber cuándo debemos renunciar a una ventaja"

Benjamin Disraeli

No hay comentarios:

Publicar un comentario