jueves, 19 de febrero de 2015

De los cantes resacosos

Opositora en "cante resacoso"
Y no hablo de ir al cante cual estudiante Erasmus recién aterrizado en esta tierra cañí -aunque pensándolo bien, sería toda una experiencia cantar la retahíla de articulos de la accesión con una verborrea etílica de aúpa- en fin, que me disperso...

Hablo de esos días de cante en que la noche de antes, el Señor Morfeo no llamó a nuestra puerta, o lo hizo pero ya de madrugada. ¡Aisss, qué experiencia! ¿eh? Son cantes memorables, sin duda. Paso a relataros uno de mis últimos "cantes resacosos".

"Era noche cerrada, me había metido en el sobre y tras varias horas dando vueltas, sabía que Morfeo me había sido infiel esta noche (lo de menos era con quién). Así que bueno, cualquier que fuera la hora, acabé cayendo en un sueño muy ligero, que finalizó como acaban este tipo de "affaires", de repente y con un pitido inhumano: el despertador.

Me levanté, y vi que mis capacidades de balbucear, arrastrar los pies por el suelo, visionado unifocal (soy incapaz de abrir los ojos a la vez durante los primeros minutos del día) y servir el café derramándolo lo justo sobre la encimera, eran las habituales. Pensé que quizá me estaba convirtiendo en una superviviente con inmunidad total frente a cualquier ataque a las funciones básicas. ¡Cuán equivocada estaba!.

La mañana transcurrió como la de cualquier mañana pre-cante, en sus 2 primeras horas, gráficamente sería un cerebro pegado a unos ojos, absorbiendo información de última hora y quemando energías. Ahí residía el problema, pues las energías fallaron a partir de la tercera hora. En ese momento empezó una sucesión de síntomas que no hicieron sino constatar que estaba sumida en un "cante resacoso":

  • Boca seca.
  • Pensamiento ralentizado.
  • Frases balbuceantes.
  • Ojos incrustrados a ojeras.
  • Desconexión practicamente total cerebro-boca-cerebro.
  • Sensación de haber formado parte del Guiness World Records de "la-persona-qué-más-aguantó-sin-pestañear".
  • Ligeras nauseas.
 Lo que viene siendo lo más chachi para estudiar el procedimiento penal, vamos.

Una vez llegado a este punto, es el momento de adoptar LA estrategia. Y sí, he dicho bien, solo hay UNA posible, para guardar energías suficientes para que el cerebro chute en el momento del cante. Porque claro, tu tienes que ir a cantar, son las 12 de la mañana y aún te mantienes de pie...pero es que ¡¡¡cantas a las 17h!!! Y esas horas, son las cruciales, las que marcarán que te sientas una superviviente o uno de estos bichos bola que ante el peligro se repliegan en si mismos. 

Mi estrategia fue hablar lo menos posible con el menor nº de personas posibles (imaginaos en la comida, yo una efigie comiendo y observando, sin decir ni mu) y seguir estudiando, porque el estudio es el equivalente a las "palmaditas en la cara" al amigo de turno que se ha pasado empinando el codo, pero un poco más densitas: doctrina, jurisprudencia y preceptos (plas, plas y pataplas!).

Llegué al cante, aún no sé muy bien cómo. Me preguntó un tema....y hablando en plata, me hice "la picha un lio" en el primer epígrafe, pero lo mismo me la hubiera hecho si me hubiera preguntado mi nombre y apellidos, podéis haceros una idea de mi estado.

Pero ahí estuve, aguanté estoicamente, el prepa me dijo “blablá canta más rápido”, “blablá el primer epígrafe no se ha entendido nada”, “blablablá”. Con eso se quedó mi cerebro, y con las respectivas respuesta que no exterioricé “te explico el motivo de este cante resacoso, mi cerebro y mi capacidad expresiva están teniendo claras diferencias, debido a la desconexión neuronal provocada por la falta de fase REM durante la última noche”. Y digo que no exterioricé, porque realmente me hubiera quedado algo así “ya…ya..cerebro y esta noche no he dormido…no me salen las precept…los palab…las palabras”

Y así es como sobreviví/superé/me arrastré por un cante resacoso”.

Buena semanita ;-)

4 comentarios:

  1. Que mal se pasa cuando la noche anterior no se duerme bien y tienes un montón de cosas importantes que hacer pero tienes tanto sueño que no comprende lo que pasa a su alrededor.
    Igual que cuando quieres abrir los ojos pero no puedes porque por más que lo intentes no reciben ordenes y se cierran jajaja.
    A mi me pasó el otro día. Después de estudiar me fui al salón a ver una película con mi familia y el ojo derecho empezó a cerrarse despacito despacito hasta que me di cuenta que los dos ojos se habían cerrado y la película había terminado y que me había quedado dormida jajajaja
    Pobre que mal lo debiste pasar en el preparador. Pero mira lo superaste igual así que plas, plas, plas aplausos! :)
    Un abrazo y a por el siguiente cante

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    1. Se pasa fatal! pero se sobrevive, se aprende y a la siguiente vez que pase, hay que intentar relajarse. Encontré a raíz de esta situación, algún video muy interesante sobre respiraciones y relajación que me lo he guardado por si las moscas :) Espero que hayas tenido buena semana!

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  2. Es una experiencia que merece ser leída... Sin embargo, espero que no se repita ;) A mi no me ha ocurrido, pero he de reconocer que si que vi a una compañera de clase quedarse dormida en un examen. Cosas que pasan...

    ¡Un beso!

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    1. Ufff eso es casi peor!!! a tanto no llegué (puede que porque seguí a tiempo LA estrategia) jajaja. Espero que no se repita y que si puede ser no tengas que vivirla en tus propias carnes! Un beso!

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