viernes, 13 de marzo de 2015

Un turista despistado


Lo digo con todo el raciocinio del que dispongo, que todas esas horas de estudiar, todas las lloreras, todas las pesadillas, los desplantes y agobios, te están llevando a tu destino. Que hoy no lo veas es normal, es como estar debajo del Empire State y tener que preguntar a un policía que dónde está porque desde abajo del todo no se ve la punta que lo hace diferenciarse del resto de edificios. 

Ese turista despistado eres tu -somos nosotros- preguntando al "policía" (llámese prepa o similares) que si queda mucho, y él con una sonrisa en la cara te contesta que has conseguido cruzar medio mundo, y después de jurar y perjurar en la aduana que NO, que en 1945 no colaboraste con ningún dictador alemán (más que nada, porque en aquél entonces no eras ni un proyecto de proyecto), has conseguido averiguar qué cinta transportadora te devolverá tu ansiada maleta, dónde coger un taxi y a cuánto va la carrera. Has sido capaz de chapurrear el inglés con el recepcionista que resultó ser mexicano, conseguiste un mapa, has sabido que no estás ni en el Down ni en el Up Town, y que en NY la ciudad funciona por número de calles (¡mira como el código civil!), has sabido coger el metro sin perderte, y  has llegado al punto señalado en el mapa, pero ni ves la punta del Empire State, ni nada que lo distinga. Y allí está tu prepa, que dice que si, que ya has llegado, que estás justo debajo, aunque no veas su punta.

Pero... (siempre hay un pero), te dice que todo ese camino era el sencillo, el de las indicaciones claras, en el que había que seguir el punto A para luego hacer el B y así sucesivamente. Pero ahora, tu meta, el piso 102 con el mejor mirador sobre la faz de la Tierra -la plaza- requiere de más tesón, más concentración y sobre todo más estrategia que nunca. 

Sufrirás cada escalón -cada hora de cada día- y tu mente te tratará de retener, porque "son demasiados pisos para ti". Pero en esos momentos recuerda que tu dominas a tu cabeza, y no al revés, y que sí, los primeros 30 escalones estarán chupados, pero a partir del quinto piso ...los pulmones no estarán como el primer cante, ni las fuerzas cuando acabaste el temario y puede que ni siquiera la salud sea la que corresponda a una persona de tu edad. Pero resiste, considerate un superhéroe por seguir subiendo cuando vayas por el piso 30, porque eres testarudo y lo vas a conseguir. ¡¿o no me digas que estando a 102 míseros pisos, después de haber recorrido medio mundo vas a abandonar y te vas a perder las mejores vistas del mundo? 

Así que tu no mires atrás (ahora si que ya no vale) ni para delante (todo sea que pierdas el equilibrio) y sigue subiendo, mirando el escalón de delante (el próximo cante) y sigue....sigue....sigue....el piso 102 está cerca ¡Ánimo!

2 comentarios:

  1. No me puede gustar más, ni puede ser mas adecuada esta entrada!
    ahora mas que nunca..mucho ánimo!

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    1. Muchas gracias por pasarte!! Espero que lleves la cámara de fotos, las vistas desde el 102 deben ser impresionantes ;)

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