domingo, 29 de diciembre de 2013

Reequilibrando

NO, este no es el post definitivo que resolverá todos tus problemas interiores, tus miedos, tus dudas infinitas sobre si aprobarás o no. Expondré únicamente algunas de las actividades, pensamientos y otros varios que me están ayudando a encontrarme como opositora, a no perder el Norte y volver a ese equilibrio imprescindible para ser opositor. Sin más dilación ahí van:

PASO 1. El primer paso es reconocerlo -como todo grupo de Alcohólicos Anónimos de serie americana que se precie. Así que felicidades!!

PASO 2. Asume que no eres una máquina, pero asúmelo de verdad, no lo digas con la boca chica y luego te tortures internamente por no ser el perfecto opositor.

PASO 3. Haz cosas nuevas, y os lo dice quien siempre decía que no tenía tiempo para nada. Yo he optado por las siguientes:

- Salir a correr: yo siempre he sido del SillonBall, pero por higiene mental (y por qué no, física también) recomiendo airearse todos los días.

- Hablar con gente: si tenéis la mala suerte (como yo) de haber dejado descuidada durante los años previos a la opo vuestras relaciones personales, acudid a las redes sociales, hay grupos de opositores majetes. Pero hablad, desahogaos, patalead...


- Retomar actividades que dejaste olvidadas. Yo por ejemplo, he retomado el hábito de la lectura, y además me he apuntado a un club de lectura. Pero conozco a gente que se apunta a idiomas o a pintura, aunque solo sea 1 día a la semana.

- Los findes deprimentes en que tienes un día libre pero sabes que salir por la noche hasta las tantas no te aporta mas que dolor de cabeza al día siguiente, no poder estudiar y un remordimiento increible por ello: yo he decidido culturizarme, así que intento esos findes ver una peli de esas que todo el mundo dice "no puedes morirte sin haberla visto"

- Pensamiento positivo: si señores, tan fácil y tan difícil. Por naturaleza te sale el "buaaaa, soy un desgraciadoooo, todo el mundo tiene vida y yo nooo, buaaaa", pero ¿no creis que podeis emplear las mismas fuerzas en construir una frase positiva? como "me alegro por ellos, pero ese no es mi objetivo actual".

He constatado que el pensamiento positivo, el esforzarte a ver el lado bueno de las cosas aunque cueste, consigue cambiarte la visión de las cosas, y vivir más feliz.


PD: Os recomiendo un libro "El monje que vendió su Ferrari", cortito, pero ayuda mucho para la ansiedad que puede crear la opo ;)

sábado, 21 de diciembre de 2013

Desequilibrando al opositor: 2ª parte

Si tuvieramos que elegir de lunes a domingo nuestro "peor" día como opositor, desde luego el 99,9% de opositores diría que el viernes, sábado o domingo (o todas las respuestas son correctas).

Y es que no hay nada que "desequilibre" más que la casa plagada de gente que de normal no está, que te levantes y tengas que ser el pringui que hagas el café -si aún utilizas una de esas cafeteras diabólicas que van en el fuego-que a mitad mañana comiencen las llamadas de teléfono o mejor aún, que seas de los que vas a la biblio y o bien abran pero a "ratitos" o directamente no lo hagan.

En definitiva, que el fin de semana mientras el resto de la humanidad está esperando a que llegue, nosotros nos encontramos en una disyuntiva entre el "oh si, día libre" y el "¿dónde dejé la escopeta de balines?".

Malas noticias: los fin de semanas suceden cada 5 días, durante 12 meses al año, así que o conseguimos que nos vuelvan a reformar las leyes laborales para que todo el mundo trabaje los 365 días del año, o me temo que los vamos a sufrir hasta que saquemos la plaza -eh! que la sacaremos, de eso no hay duda!.

¿Cómo conseguir el equilibrio de fin de semana? Algunos trucos:

- Si cantas jueves, nada como el viernes cargarte los temas al hombro (y los códigos, y el programa, y el crono y tus noganas de estudiar).
- Si cantas viernes, nada como aprovechar y descansar sábado, y tener así un pseudofinde como cualquier españolito medio.
- Obligarte a salir aunque sea a comprar el pan (yo me obligo a salir a correr, ya os digo que de los 20 minutos seguidos no paso, pero me da la vida).
- Darse pequeños homenajes, por ejemplo: comprarte un té especial para el fin de semana.
- Comprarte tapones para oir cuanto menos mejor (aunque estés en tu propia casa, con el doble candado echado y la puerta cerrada).
- Darte el capricho (si puedes) de estudiar las primeras horas de la mañana en la cama (esa es una de mis prerrogativas de domingo).
- Cuando estés hasta el moño, estudiar con alguna musica que te permita concentrarte. Yo acabé harta de la música clásica y ahora de mis canciones favoritas para "recuperar" fuerzas es esta:

Run- Daughter


jueves, 19 de diciembre de 2013

Desequilibrando al opositor

Hola de nuevo!!! Hoy quería hablar del "equilibrio del opositor". Realmente no fui consciente de su importancia hasta después de haberme presentado al primer examen y haber suspendido (fui solo para ver qué tal me desenvolvía en la situación). Y si, digo bien, hasta después del examen, ni antes ni durante, sino las semanas y meses posteriores han sido horribles en este sentido (algún coletazo aún queda).

Os pongo en situación:

ANTES: una vez salió la convocatoria, tuve que cogerme como buenamente pude las asignaturas de las que llevaba más vueltas (3 SOLO 3 VUELTAS !!!!!) y papearme los correspondientes temas en 3 mesecitos cortos, hasta alcanzar unas 7 vueltas.
Como podéis imaginar ritmo frenético, los tiempos cronometrados (si, hasta los del baño...aguas menores como mucho 1 minuto), las ganas de comer se esfumaron, las de dormir no llegaban...pero oye, que el cerebro mandaba y en cierto modo lo de pensar sobre cómo estaba yo, quedaba en una segunda, tercera, cuarta plana (o directamente no estaba). Así que en el antes, pues digamos que estaba en gravedad cero, ni equilibrio ni desequilibrio.

DURANTE: el examen en sí es capítulo aparte, solo decir que en ese momento solo piensas en...no piensas!!

DESPUÉS: mi parte "favorita" (nótese la ironía). Después de haber echado el resto -a pesar de no jugarte nada en el examen- tuve unos días de descanso (3 o 4) y volví a la carga. Más o menos aceptable esa situación, pero fue volver de vacaciones de verano y el "desequilibrio" se apoderó de mi.
Síntomas del desequilibrio:
  • Ganas de comerte el temario (suena bien, de hecho muy bien, pero sigue leyendo).
  • Comienzas a ver que no avanzas porque te quieres comer el temario en una tarde (y si, tienes esa sensación a pesar de meter 10 nuevos a la semana, garantizado).
  • Rabia, asco, hastío contra el temario.
  • Ir a cantar es que te la suda!! te da exactamente igual.
  • Te debates en un continuo "guay un tema nuevo"// "ufffff, mierda de tema nuevo que seguro está desactualizado"
  • El caso es de dimensiones bestiales cuando además te sientas delante del temario y tu cuerpo rechaza (literalmente) cualquier intento de memorización.
Próximamente, pautas para reequilibrarse ;)

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Cerrar los ojos y respirar

Hoy estoy así, como esa bailarina, con el mallot puesto, en mitad de la clase de ballet y con un hastío y cansancio sobrenatural encima, pero sabiendo que no puede permitirse el lujo de tirar la toalla.
En estas situaciones, lo comentes con quien lo comentes, te repiten lo mismo "no eres una máquina", "es normal que estés cansada", "frena, relaja". Que está muy bien que al menos no añadan presión, pero todos en esos momentos hacemos 2 cosas:
1. Poner cara de poker y a continuación una gélida sonrisa de "gracias por ser tan comprensivo".
2. Escuchar a nuestro Pepito Grillo interior decir "si, claro, pero si cada vez que estoy cansada me permito el lujo de parar, se saca la plaza Perri".
Así que sí, todos nos hemos sentido sobrepasados por el temario, por la situación de soledad, por las malditas reformas (ay! si yo tuviera una charlita con algún que otro ministro...), y sí, hemos entrado en el bucle ese de "mierda, mierda, mierda, ¿cómo narices salgo yo de aquí?".
No hay fórmulas mágicas para volver a ser un encantador opositor requeteencantado con su maravillosa vida, pero algunos de mis consejos son:
  1. Sal de casa (y sí, los temas esta vez castigados sin salir), y durante media hora anda todo lo deprisa que puedas (también cabe la opción de correr).
  2. Sal del preparador, y aunque no hayas podido decir tu nombre bien, date un capricho (yo siempre voto por la merienda especial).
  3. Monta planes de una semana a otra, ni se te ocurra lo de el-jueves-veo-qué-planes-hay-para-el-finde!!! NO funciona y puede perjudicar seriamente tu salud psicológica.
  4. Habla con alguien, con quién sea, las veces que haga falta sobre tu angustia, explayate.
  5. NUNCA te autocompadezcas, téntelo absolutamente prohibido, ¡¡sin excepciones!! (siempre hay gente que está peor que tu).
  6. Busca frases, poemas, textos positivos. Escoge alguno, escríbelo y tenlo a la vista.
  7. Busca monólogos, y cada tema estudiado mira uno -la risa es la mejor medicina, comprobado.
  8. Hazte un listado de motivos por los que quieres TU plaza (y al hacerla no pienses ni un momento en el camino que tienes que recorrer).
Repite este plan, las veces que haga falta, y no te olvides de que ante todo estos solo es un periodo de tu vida! Así que a por ello, porque vales, porque puedes, porque lo vas a conseguir a pesar de todos estos malos momentos.

lunes, 16 de diciembre de 2013

De las fuentes del Derecho

No hay temario que se precie que no arranque con el "Tema 1. Fuentes del derecho, los orígenes". ¿Qué mejor manera que empezar un blog rindiendo homenaje a esos temas que no aportan nada (salvo un disgusto si te caen en el oral) pero que son necesarios?

Pues bien, explicaré que este blog comienza en un momento difícil en la oposición, en la que no es que haya perdido la ilusión -sigo queriendo esa plaza como se desea de niño que lleguen los Reyes Magos- sino que avanzo por inercia, sin esas ganas tremendas de comerse la oposición.

Me encuentro en esta situación de "enajenación mental" desde hace año y medio, pero llevo "rondándola" un año más, mientras andaba metida en otros quéhaceres. Oposito a un Cuerpo del grupo A, que cuenta con pocos opositores, esta circunstancia es una gran ventaja si comparamos con judicaturas, pero también tiene grandes desventajas -entre otras el temario y su obsolescencia, la dificultad de encontrar a gente que te entienda al 100%, pocos preparadores fuera de Madrid...-

Del cómo decidí opositar a este Cuerpo.

Me encontraba yo en la carrera, agobiada entre procesales y mercantiles, cuando vinieron a darnos una charla sobre posibles oposiciones poco conocidas que podrían interesarnos. Sobre estas oposiciones nos habló una chica que había tardado la friolera de 10 años en sacarsela. La verdad es que lo pienso, y ahora me parece de locos que me llamara la atención, pero me enganchó su perseverancia -el hecho de que contara que había dejado a su novio de toda la vida durante la opo y que eso casi se la hiciera dejar- la ilusión con la que contaba que pertenecía al Cuerpo que quería, aunque antes hubiera tenido que sacarse las de su CC.AA...

Me sentí en cierto modo identificada con esa "fortaleza" mental. Pero claro, eso pasó 2 años antes de que acabara la carrera, y dejé apartadito el tema hasta que al año siguiente tuve que coger el toro por los cuernos -oferta de trabajo mediante- y decidir o trabajar o empezar a opositar. Y aquí estoy peleando cada día, cada tema y cada palabra.
Por hoy ya está bien, más o menos hechas las presentaciones. Escribo pronto.