jueves, 28 de agosto de 2014

Hipoteca mi vida pero ¡con todas las de la ley!


Hipoteco mi vida, pero ¡con todas las de la ley!. Cada pensamiento, idea, situación que te obsesiona, te quita tiempo, te resta fuerzas y en definitiva suma intereses (en nuestro jerga, días) a este camino.

Sumar días implica alargar el camino y eso supone darle más tiempo a tu cabeza para poder seguir distorsionando la realidad, porque tu realidad no es LA realidad, eso hay que tenerlo claro.

Permitir esos pensamientos es permitirte el no salir de aquí como una persona, sino es salir con "teclas" tocadas que te llevarás contigo el resto de tu vida. Obsesionarte no es solucionar, obsesionarte es no llegar a meta, es ser caprichosa y permitir que tu interés a pagar suba por encima del interés real del dinero, es imponerse sanciones que no mereces y que no tienen recurso alguno.

Esas ideas peregrinas de que tu vida está estancada o de que todos avanzan y tu no, ausme que son falsas desde ya. Eres un coche de carreras en la línea de salida calentando motores y acelerando con el freno puesto. Que tu vida estuviera estancada solo se consigue sin gasolina y sin poder dar ni una vuelta a la llave de contacto (y eso sucederá si no dedicas tu tiempo más que a agobiarte con hipótesis).

Tu tiempo es tu tesoro, valora si ese enfado o esa frase va a algún sitio a parte de crearte cargo de conciencia, porque si solo lleva a eso, solo haces que empeorar la situación, porque ni solucionas nada y encima no podrás ser eficiente.


Los temas es cuestión de tiempo que te los sepas y justamente este gran aliado -el tiempo- es tu mayor enemigo, todo depende de cómo lo utilices y cuántos "rounds" quieras darle. Pero parte de la base de que tu mente tiene límites para mantenerse "higiénicamente sana".



Este año perfeccionarás, mejorarás, cambiarás cosas, pero hoy más que nunca hay que aplicar todo esto, hay que conseguir canalizar toda la fuerza en el control mental, en que tu puedes y sin olvidar que tus fuerzas junto con tu tiempo son lo que harán que cruces la meta.


viernes, 22 de agosto de 2014

Reflexiones postvacacionales (si, las tuve)




 Las vacaciones son ese período de tiempo en que no eres ni opositor ni un civil normal, y no lo eres porque tu perspectiva del mundo durante el resto de días del año te ha creado una pseudo-miopía social cuya única solución es aprobar, o eso es lo que trato de creer.

Está claro que en vacaciones tienes terminantemente prohibido estudiar o incluso acercarte a los apuntes y códigos (yo me los escondo para ni verlos). Es más, yo conforme se van acercando las vacaciones juro y perjuro que voy a pasar el menor número de horas posibles fuera de mi habitación –cosa que en gran medida he cumplido. 



No obstante, este año me he visto rodeada de gente pero he estado como ausente, descolocada y puede que incluso un poco más silenciosa que lo que acostumbro(aba). En esos corrillos de amigos, conocidos, parientes del pueblo, etc…que cuentan anécdotas acaecidas durante el año, me encuentro buscando arduamente en mi “baúl de los recuerdos” sobre algún acontecimiento gracioso o digno de contar del último año. Mi soliloquio interno es más o menos el que sigue: 



-       "- Vale va, que este año algo si que has salido, ¿aquella cena de celebración de fin de temario que lo pasaste tan bien?

-         - Si, pero me lo pase bien porque empezamos a meternos con ese último cambio legislativo y acabamos llorando de risa porque apostamos a que en la próxima reforma nos hacían estudiar como particularidad del 612 CC el Abeconejo (XD no me digáis que no sería una gran aportación al temario)"

La cosa es que las vacaciones te devuelven horas de sueño, visitas, algún que otro viajecillo y un poco de actividad social, pero como un kit-kat, que te quedas entre que quieres más vacaciones y como que te han empalagado más de la cuenta. Porque…el objetivo sigue estando ahí, esperando. 

Otra de las cosas buenas de las vacaciones es que a mi me da tiempo a sentarme conmigo misma y organizarme el próximo “curso” (de algún modo hay que llamarlo). Me hago tantos planes de estudio como letras en el abecedario. La verdad es que salvando el planning preexamen, el resto del año –dentro de unos límites- me lo marco yo primero y luego se lo presento a los prepas, si les parece bien solo es ponerse manos a la obra. En cambio, si no les acaba de gustar, trato de dialogar con ellos, para llegar a un término medio (suelo ser más severa yo conmigo misma que ellos)…aunque la verdad, el año pasado intenté convencerles sobre mis ideas, y al final me dejé llevar por ellos. Con la vista puesta atrás, reconozco ahora que tenían razón, pero este año estoy casi convencida que la tengo yo (será por cabezonería jaja). 

En fin, que tras unas vacaciones donde menos amor (Cupido más te vale que cuando apruebe me esté esperando el príncipe azul porque vaya tela….v-a-y-a t-e-l-a) ha habido de todo, nos ponemos en marcha, con un año nuevo, con metas a corto, a medio y como no LA meta a largo y esperando que todo el músculo psicológico que nos ha tocado hacer este año pasado esté mejor que nunca. 

ARRANCAMOS!
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viernes, 1 de agosto de 2014

Las vacaciones (de ellos)

Si, amigos. Las vacaciones existen y no son los padres. Pero hoy no vengo a hablar de lo estupendioso que sería tener vacaciones a la voz de YAAAAA (que lo sería, reconozcamoslo), sino de ese fraude de ley, esa evasión vacacional de nuestros bien queridos y apreciados preparadores.

Llega agosto y a ti ¿qué te toca? estudiar y estudiar y estudiar. Y tan simpáticamente tu piensas que bueno que al menos no te fastidias solo, que tu prepa -el pobre, tan piadoso y magnánimo- se queda a hacerte compañía jeje jeje (nótese esa risita sarcástica que sale lo más profundo de una persona a la que acaban de darle un guantazo emocional). Hete aquí, que a finales de julio, el prepa tras un cante entre medianamente decente y malísimo de la muerte -porque las noticias se dan a las duras y a las maduras- te dice:"Bueno, hablemos de las vacaciones".

Y tu inocente opositor, que sigues siendo carne de reforma legislativa pero que sigues confiando en que todo "es para mejor", sonríes tímidamente, esperando oir aquello de "vacaciones". Efectivamente, lo oyes, pero no en la frase que te gustaría oír, sino en la siguiente:

"Bueno, que para que se note que es agosto y la gente tiene vacaciones, los cantes los reducimos a 1 por semana"

jeje jeje (aquí vino la guantá con la mano abierta, psicológica se entiende).

Tu, con cara de no haber roto un plato en tu vida, mantienes petrificada la sonrisa en la cara -no es plan de soltar la ristra de improperios que en ese momento se pasa por la cabeza- y asientes, porque hablar podría llegar a ser contraproducente.

Así que sí amigos, las vacaciones de agosto existen, pero ni todo el mes ni mucho menos para todos en agosto.

Sea como fuere, el mes tiene que cundir para el estudio -mes difícil difícil- y para la vida social, que las terracitas son las mismas a las 20 que a la 1 a.m.

Feliz semana!