domingo, 20 de enero de 2019

Llegó el día

Foto tomada de Internet (LA mesa del destino)
Queridos todos, ha llegado el día. Esta entrada es probablemente la que más me cueste escribir porque implica una decisión, la de no continuar un camino en y por el que he luchado y trabajado más de un lustro. Un proyecto profesional que acabó siendo personal, que lo ha cambiado todo, y que seamos claros, no acaba como me hubiera gustado. 

Efectivamente, opositaba a Abogacía del Estado. He conocido en este trance a muchos opositores a este cuerpo, cada uno con sus propios motivos por los que acceder a esta profesión y tantas formas de vivir la oposición, como colores existen en la Tierra. Mis motivos fueron quizá pueriles, el saber que era (es) un cuerpo de élite jurídica, al que acceder por "igualdad, mérito y capacidad", con el que podías llegar a cualquier ámbito jurídico...¡y hasta llegar a un organismo internacional!. Es un proyecto que me llenaba (y me llena aún) de ilusión.

Sigue pareciendome una oposición preciosa, un cuerpo estupendo y un lugar en el que poder desenvolverse profesionamente de forma extraordinaria. No puedo escribir malas palabras sobre esto, pese a que mi destino haya dejado de ir en esa dirección, porque al fin y al cabo, de un "algo" que has amado y deseado de corazón, pocas cosas malas se pueden decir.

Se me hace duro escribir esto porque sigue siendo un sueño (uno de esos que además ya sabes que no se cumplirán) el ser Abogada del Estado. Pero haciendo un análisis interno sobre cuáles son los "daños" del chasis a estas alturas de la carrera...sé que no estoy en condiciones óptimas para seguir afrontando este camino.

Si hasta aquí llega alguien que quiera opositar, o que esté opositando a Abogacía del Estado, solo decirle que para mi es una oposición increible, muy dura y exigente, que te hace llegar al límite (y darte cuenta de que hay muchos más límites mentales de los reales), que llegarás a entender el funcionamiento del ordenamiento jurídico, entresijos de regulación que de otra forma no te hubieras planteado, que relacionarás conceptos jurídicos y querrás saber más. Aprenderás de ti mismo más que del propio ordenamiento jurídico, y salvo excepciones, pasarás muchas de esas vivencias de opositores "viejunos" que pienses que a ti no te pasará eso nunca (así que escucha, aprende y apunta, por si ese día llega para ti sepas que es 'normal' y puedas afrontarlo).

A la oposición no puedo estar sino agradecida, porque es probable que haya sacado muchas de mis facultades a brillar, y también mis mayores debilidades. Pero esto último también es bueno, porque sé dónde tengo que poner mis fuerzas. Sé por dónde me pueden venir los golpes. 

Resuelto el misterio, escribiré alguna entrada más sobre esta etapa que estoy viviendo. La verdad es que este blog ha sido un gran proyecto, que empecé en la época en que los blogs eran lo más, sobre todo por desahogarme, pero realmente ha acabado siendo genial, leer comentarios, historias que me dejábais, simplemente un "me he sentido identificado"o incluso personas que sí consiguieron aprobar dándome un trocito de su éxito. Solo puedo estaros agradecida.

Si soy sincera, hubo un momento en que este blog tuvo "éxito", me ofrecieron colaboraciones que rechacé e incluso sufrí una suerte de oleada hater. A pesar de ello, he tratado siempre de ser fiel a mis vivencias y mis emociones en la oposición, porque cuando buscaba historias de opositores no encontraba vivencias que parecieran "auténticas". Evidentemente, ha habido modificaciones, sobre todo en el sexo de los personajes de algunas historias (por aquello de que si alguna vez un compañero llegaba aquí no se sintiera "traicionado") y en las fechas, sobre todo cuando comenzaron las sospechas de a qué opositaba, porque me agobiaba mucho perder el anonimato y por tanto la libertad de expresión, desahogarme y escribir una historia real.

Dejo un correo electrónico, ahora que todo ha pasado un poco, para que os sintáis libres si necesitáis unos ojos que os lean o para lo que necesitéis: plazacronometrada(at)hotmail.com

Eternamente agradecida,

Luchadora.

PD. Miedito darle al Enter y a vuestra reacción jajaja.


sábado, 12 de enero de 2019

Mis (últimos) errores

Parece que conforme pasa el tiempo los pensamientos se ordenan, o al menos, se van tamizando los sentimientos. De momento he llegado a algunas conclusiones sobre mis errores -o mis no aciertos, si lo preferís- Es algo que me gusta hacer, una vez he suspendido o no he llegado al objetivo que me había propuesto. De momento, algunos de los que he alcanzado son:

1. Valorarme como persona solo por mis resultados profesionales: creo que es un error que he cometido a lo largo de mi vida como estudiante, pero probablemente ha tenido que llegar un reto de verdad, como es una oposición, para darme cuenta de que no es sano. Me resulta difícil verme como algo más que una abeja más del panal, que trabaja por y para su reina. Con esto quiero decir, que realmente al haber recibido solo bofetones con las oposiciones, es lógico que mi autoconfianza haya caído en picado, porque solo me valoraba por ese aspecto de mi vida.

Mi objetivo de aquí en adelante es valorarme dualmente, como reina y como trabajadora.  Es decir, tratar de ver el poliedro que soy como persona, valorar al mismo nivel mis éxitos/fracasos profesionales y los personales (como amiga, hija, desconocida, hermana...). Creo que esto último lo doy tan por sentado, que no he sabido darle el peso que tiene en la vida. Como ya comenté hace un par de entradas, si algo he aprendido estos meses, es que personalmente hay muchas personas que me tienen en estima, incluso en una franja bien alta. Así que eso debería servirme como pilar para enderezar esta situación de pérdida de confianza a nivel profesional.

2. Absolutizar: la vida es más flexible de lo que he sido conmigo misma. Otra cosa que me cuesta horrores. La oposición me ha ayudado a ser más flexible con los demás de lo que era antes, sin embargo, creo que ha producido el efecto contrario en mi misma. Me exijo tanto, que me he llegado a romper incluso después de haber pasado el examen. No puedo volver a llegar a esos extremos. 

Me gusta traer a colación aquí la imagen del junco que se mece y dobla con el viento, pero no se rompe y al final acaba volviendo a su sitio. 

Sin embargo, aunque estos han sido errores que, puede que me hayan llevado al suspenso, entiendo que si llevas más de un lustro con una sola meta en la cabeza, acabas absolutizándolo. Así que, en cierto modo, es normal. Otra cosa que podría plantearme es si fue sano que yo empezara a opositar, siendo como soy. Sin embargo, analizar una decisión pasada, de momento no creo que me aporte nada en esta situación. 

Por otro lado, sacar de la cabeza una idea que no solo ha mediatizado tu vida, sino que además ha "machacado" tu cabeza, día y noche durante tanto tiempo es extremadamente complicado. Llega un punto que no sabes si la querías porque es lo que querías o porque es la zona de confort en la que has vivido (y esto hace gracia porque con lo mal que se pasa...que la llamen zona de confort tiene narices...pero al final, son miedos o malos ratos "conocidos", cómodos en cierto modo).

Espero que vuestro año haya empezado muy bien. Ánimo!

PD. Sogp buscando mi camino. Espero que pronto cabeza y corazón se aúnen y lleguen a un consenso. Mientras tanto estoy mirando temarios de otras opos, posibilidad de máster, cursito de inglés para el 'mientras tanto'...Seguiremos informando.