jueves, 25 de junio de 2015

Imprescindibles de batalla

En toda batalla medieval que se precie, no pueden faltar los siguientes elementos: un líder (bueno 2), miles de soldados (salvo que sean Galos y se hayan caído en una marmita, en cuyo caso, con ser 2 van que chutan), caballos y un ejército contrario. 

Evidente que en nuestro paralelismo semanal el ejercito contrario es el temario+examen+chachi compis super inteligentísimos. El líder probablemente sería el prepa, aunque esta figura creo que anda más bien a mitad camino entre prepa y uno mismo. Y.....ahora viene la parte esencial para ganar una batalla.

(imaginaos a modo de peli un plano que enfoca el campo de batalla -con ese humillo que siempre ponen, no sé muy bien a santo de qué- y entonces la cámara empieza a aproximarse a la escena, hasta llegar a un soldado en particular, montado a caballo y con un águila en su hombro).

Este soldado cuya cara aún no hemos podido ver porque sigue tapada con el yelmo tiene los 3 elementos fundamentales que le hacen un guerrero imbatible, capaz de alcanzar cualquier objetivo por duro que sea. A saber:

1. Un caballo: fuerte, alto, robusto y, lo más importante, de guerra. Estos caballos no iban precisamente "desnuditos" a las batallas, sino que se les ponían mallas y otros rebestimientos para hacer más difícil que los hirieran. Pero el elemento que si cabe es vital para este, nuestro soldado, es el de las orejera del caballo, esto es, una pieza que se sitúa a los laterales de los ojos del caballo para evitar que vea lo que hay a su alrededor, solo siga su camino, sin mirar más allá del siguiente relincho.

2. Un águila: nuestro soldado no es cualquiera, por favor! El águila se encargará de sobrevolar el campo de batalla para ver "cómo va la cosa", si hay muchos temas "muertos" o si el temario está más cerca de ser conquistado. No obstante, no la dejará sobrevolar más que en aquellos casos en que sea estrictamente necesario, pues los avances en la batalla solo se perciben cuando son grandes.

3. Nuestro soldado: aún no le hemos presentado, cuando realmente es el elemento más importante de la batalla, al fin y al cabo, es el que se va a encargar de avanzar sobre los temas y dará órdenes al caballo y al águila. Cuando se descubra de su yelmo, observaremos que su pelo es rubio -podríamos decir que es casi platino- largo y liso. Conforme vaya sobresaliendo su rostro, veremos que es una mujer...o bueno....algo que intentan vender como mujer....ojos azules como de pegatina y nariz redondita, perfecta...un cuerpo con curvas, aunque algo desmedido con cinturita de avispa y piernas lasguíiiiisimas ¿aún no sabéis de quién hablo? A ver una pistita: mujer de los '90 que era capaz de vestirse como si ejerciera CUALQUIER profesión.

¡Efectivamente! Nuestro guerrero, es una guerrera: Barbie!!! Si señores y señoras, ella será capaz de ganar la batalla ¿sabéis por qué? Porque NO piensa, es de plástico y está hueca!!! Así se le acabaron los problemas de pensar en si el soldado de al lado ha matado a 10 o a 20, o de si es la hora de comer o de cualquier otra cosa. Ella sigue una instrucción clara: seguir hasta el objetivo. 

Así que lo hará, como nosotros: con orejeras, levantando de vez en cuando la cabeza para ver lo que ve el águila (y todo lo que hemos avanzado) y sin pensar en nada más.

Buena semanita! :)

jueves, 18 de junio de 2015

Más pomadas y menos almohadas

Querer, querer... lo quiero, pero poder, poder... ¿puedo? Llevaba unas semanas muy viciadas con esta frase. La confianza es muy frágil en estos momentos, más cuánto más sabes, porque te das cuenta de que cuando te creías "todopoderosa" del conocimiento, te faltaba un camino entero por hacer. Así que ahora, que has caminado ese trecho ves todo lo que te faltaba, y que probablemente te queda otro tanto que aún no alcanzas a ver.

De repente te ves en una dinámica en la que por miedo a caer y no poderte levantar tras un suspenso, empiezas a autoconvencerte de que puede que esta convocatoria no sea la tuya, o que puede que tu cerebro no pueda dar más de sí, y aunque haces todo lo que puedes, tu rendimiento se ve ralentizado como consecuencia de esos pensamientos que fluyen en el subconsciente.

Esta semana ha sido hora de cambiar de chip, porque si seguía así el examen lo iba a hacer, pero ¿en qué condiciones? Fue mi prima la que me abrió los ojos. El otro día comentandole esto mismo, me dijo "pero con todo lo que has pasado ya...¡si solo te quedan x meses para que apruebes!"

Que si, que es una frase sin ninguna importancia...pero lo vi claro. Mi horizonte ya lo había prolongado yo automáticamente otros 2 años, por el miedo a no aprobar. Así que para que el batacazo de un posible suspenso (que aún no ha pasado), yo ya me había cosido la almohada del "yo ya dije que este no era mi año". Y esa almohada, resulta que nadie debería coserla -salvo cuando no has visto todo el temario o por otras circunstancias vitales que verdaderamente lo hagan imposible, no sea tu año. 

Esa almohada tiene que ser en todo caso un flotador hinchado a posteriori con el nombre de "me falló aquello o lo otro, pero lo lograré" o mejor, una pomada anti moraduras "Opotronix: la crema para los heroes a posteriori". Pero nunca nunca nunca una almohada en la que aposentarnos cómodamente con un "ya lo dije".

Así que cambio de chip, porque ¡joroba! solo faltaba que fuera yo misma la que me fuera a poner una zancadilla a punto de llegar a Meta!!! 

Quiero celebrar ya esa fiesta de "¡¡Ha sido una plaza!!!" con toda la gente que sigue conmigo, con chachi banderitas con mensajes para, al final de ella, regalarle una a cada uno, como trofeo de "gracias a ti, estoy aquí". Quiero saber cuál será el destino que me toque y quiero sentir cuanto antes los nervios de abandonar el nido, elegir un piso....Así que...

¡¡¡Volemos para delante, más pomada y menos almohadas señores!!!!

Buena semanita ;)

viernes, 12 de junio de 2015

Segunda adolescencia

 Llorar...
    ...De risa.
    ...De frustración.
    ...De impotencia.
    ...De "por mis ovarios/cojones que lo consigo"
    ...De alegría.
    ...Llorar por Llorar.

El ciclo de la vida opositora te envía de una patada de vuelta a la adolescencia, tiempo en el que, quien más quien menos, todos hemos sentido una revolución hormonal de aupa. Pero, cuando pensábamos que la habíamos dejado atrás y que no arrastrábamos más daños colaterales que una colección de fotografías con looks imposibles 

¡PUM! La oposición. Y con ella un sinfín de estados de ánimo que pensábamos olvidados...aún recuerdo escenitas bailando en mi cuarto, con una camiseta cogida por las mangas, imaginando que era con el chico que me gustaba o llorar a moco tendido porque una amiga se iba a vivir a otro lugar, como si eso supusiera el fin del mundo mundial.

Y ahora....No sé quién se ríe más de mi, si mi yo actual de la adolescente, o la adolescente de mi yo opositora. Porque no, no bailo con una camiseta, pero bien que doy vueltas por mi cuarto cantando el temazo de rabiosa actualidad -vamos, la última modificación de la LEC- a toda pastilla y en máximo volumen...o sea que si los vecinos antes estaban hasta el pirri de Alex Ubago, ahora creo que no lo cambiaban por el articulado de ninguna ley.

O como no comentar, ese equilibrio emocional que se respira en mi casa los días de cante, el mismito que en un día en que se había juntado que tu mejor amiga no podía salir hasta las 19 y a ti no te dejaban salir más allá de las 19.30 y tu tenías que contarle esa cosa FUN-DA-MEN-TAL para la existencia de ambas, a saber: que el chico de turno, si, iba al cine el sábado.

El mismo equilibrio que cuando me ponía a llorar entonces, lo tengo cuando me pongo a llorar delante de un tema, aquello eran "temas sociales" y estos "temas... a secas", pero debe ser que todo lo que empieza así va recubierto de cebolla o sino, no entiendo este sentimiento que me entra.

Así que si, las hormonas adolescentosas han vuelto a mi vida euforia-drama-seriedad-lágrima-sonrisa (nadie podría llamar a "eso" risa) salvo el día de descanso, en que me recompongo y vuelvo a ser personita, con mis veintitantos y un poco de juicio y raciocinio. Así que ese día, mi familia aprovecha para recordarme lo "normal" que he sido y lo maja que soy sin ser opositora.

Así que si, adolescente del pasado, aquí estás otra vez, pero sé controlarte y tienes los días contados

Buena semanita! ;)

jueves, 4 de junio de 2015

Todo y Nada

"Cuando Nada es seguro, Todo es posible"
Llegamos a esas semanas en que se respira el Todo dentro de la Nada. Son tiempos en que mi ser ...o cabeza... o corazón... o puede que Alma..., no lo sé,... son demasiado pequeños para poder abarcar, coger, diseccionar y almacenar los recuerdos, pensamientos o sentimientos.

Y digo todo y nada porque es así o sino dime cómo respondes a la pregunta "¿en qué estás pensando?" si técnicamente no estás pensando en nada pero todo el conocimiento que almacenas en la cabeza se agolpa y se asemeja a los flashes de un Photocall: aparecen de repente, te ciegan y te aturullan un buen rato.

O a otra de esas preguntas: "¿qué te pasa?" Pues técnicamente no me pasa nada, pero por dentro me está pasando de todo. Porque estoy como siempre pero por dentro puedo haber pasado de la desesperación a la alegría como consecuencia de un buen/mal tema estudiado, al menos 2 veces al día. O porque puedo acabar dolorida como una abuela, a pesar de haberme pasado el día sentada. O enfadada con el mundo sin haberlo siquiera pisado. O lo más frecuente, ver dramas cuando son una astilla en una carpintería. Así que sí, técnicamente nada, en la práctica todo.

O esta otra "¿qué has hecho hoy?" porque volvemos a lo mismo, técnicamente no he hecho nada -dime sino cómo describes estar sentada en una silla todo el día- pero en la práctica lo he hecho todo- he dado de mi el 1000% (incluso cuando técnicamente no se puede, en la práctica si, lo he logrado), he peleado cada folio y he cantado cada tema que me tocaba-.

Así que técnicamente me estoy volviendo asocial, pero en la práctica tengo más ganas que nunca de sentir el calor humano (ay esos abrazos que calientan el alma y el corazón, ¡qué bien sientan!); y también, si bien en la teoría empiezo a dejar de sentir (prometo haber estado a 35 grados y tener que ir a por una chaquetita porque tenía frío mientras mi familia estaba en manga corta), en la práctica quiero sentir infinito, todo lo bueno que me pasa, y apreciarlo como corresponde.

Por lo que, si bien Todo y Nada siempre han sido considerados polos opuestos, no hay mejor recuerdo que el Polo Norte y Sur para saber que, siendo opuestos, están conectados, aunque sea por un conjunto de meridianos dibujados en un mapa.

Lo mismo que la teoría y la práctica se alinean cuando a una cosa se refiere: que busco lo que quiero y que lucho por lo que busco y que al final siempre encuentro. 

¡Cada día luchando, cada día un poco más cerca de encontrarlo!.

Buena semanita!