Riddiculus

Hay semanas que son intensas, que empiezan en el Polo Sur, congelada de frío, con el cristal de la brújula cuarteado y sintiendote incapaz de saltar un muro más, y acaban en una de esas islas paradisíacas, con el presentimiento de que nada va a ir mal, con el corazón bombeando ganas y con una meta que si siempre tuvo sentido, ahora la tiene más si cabe.

En más de una ocasión he dicho que opositar es sentir (un graaaan listado de sentimientos, que estoy convencida que no he acabado de descubrir), pero nunca he verbalizado -y creo que es el meollo de la cuestión- que opositar es saber lidiar con ellos, saborearlos o atravesarlos sin más (dependiendo de si son buenos o malos, o si nos gusta recrearnos más o menos en ellos) y ser dueños de nosotros mismos en los momentos de poner la cabeza a trabajar.

La situación de aguantar la euforia, la tristeza, el miedo...o cualquier otro sentimiento que nos "congele" las neuronas, es sostenible sin muchas dificultades durante el primer año o año y medio. Sin embargo, cuando llevamos más de 2 años, la mente empieza a jugarnos algunas pasadas que pueden llegar a dificultar el camino.

El tiempo pesa en todo esto, y es entonces cuando para mi empieza el camino verdaderamente empinado, en el que a base de cabezazos o rompes el muro o él te acaba "rompiendo el coco". En este muro, pueden surgir cualquier tipo de pensamientos que, en cualquier otro momento de tu vida, podrías ser capaz de objetivamente darles respuesta, pero ahora no son más que remolinos de viento convertidos en piedra maciza.

Este muro de pensamientos, puede ser equiparable a un Boggart (criatura fantástica del mundo Potteriano, que se convertía en aquello que te da más miedo y te paraliza, y contra el que solo funciona el encantamiento "Riddiculus", acompañado de imaginar esa cosa/persona/situación de un modo ridículo, para que te haga reir). 

 

Creo que en alguna ocasión todos nos hemos planteado eso de "es que tengo veintitantos y sigo en casa de mis padres, cuando mis amigos ya se están independizando", "quiero independencia y la opo no me la da", "no tengo dinero, no salgo, no tengo amigos y este es un bucle sin fin", "¿dónde me lleva este camino?", "con lo fácil que sería esta situación ajena a la opo si no fuera opositora"...

Todos estos son pensamientos absolutamente normales, que creo que solo necesitan un poco de "Riddiculus" para darnos cuenta de que no son del todo ciertos, porque al fin y al cabo, si estuviera independizada tendría otros problemas como pagar facturas; si tuviera independencia probablemente el tiempo de ocio lo dedicaría en una parte grande a ejercer de única ama de casa (y no ser solo la pinche de cocina únicamente); si tuviera dinero querría decir que trabajo y por tanto un viernes por la mañana quizá no podría irme a pasear a la playa; si saliera todos los findes no lo valoraría tanto como ahora; si no siguiera este camino sería otro, del cual tampoco tendría la respuesta sobre a dónde lleva; y si esa situación ajena a la opo pasara en la vida de un no-opositor tampoco sabes cómo se iban a desenvolver las cosas, ni cómo hubieras reaccionado tu o tan siquiera si se hubiera dado.

Así que lo mejor creo que es hacer un gran "Riddiculus" a todos esos argumentos, pensar que si hemos llegado aquí es porque la cabeza la tenemos mejor amueblada de lo que pensamos y que de esto se sale, seguro :)

Buena semanita!