Autora: Agustina Guerrero (magnífica ilustradora) |
Fuera bromas. Esta semana he estado pensando que si, que la oposición tiene muchas cosas feas, horribles, que desmoralizarían a cualquiera. Pero oye, ¡que yo he aprendido muchas cosas con ella! Aquí va un compendio de todas ellas:
He aprendido que más rápido no siempre es mejor, pero que más lento tampoco.
...que sí, soy capaz de memorizar 10, 20, 30....hasta 65 minutos por cante!
...que la fuerza no se hace con los músculos, sino con la mente, porque si quiero...PUEDO.
...que un minuto puede ser tan largo como un día sin pan (sobre todo el primer minuto de cante) o muy corto (como el último, cuando aún te queda un epígrafe entero por contar).
...que en las pequeñas cosas se encuentra la alegría de la vida.
...que mis horas improductivas son las 12 a.m y las 7 p.m. (y es cuando aprovecho para airearme saliendo a correr, por ejemplo).
...que soy capaz de sobreponerme a cualquier situación con tal de llegar a mi objetivo: mi plaza.
...que si no te gusta, no mires y que para gustos los colores.
...que el derecho es apasionante, y que tengo unas ganas locas de ponerlo en práctica.
...que los opositores convencidos están hechos de otra pasta.
...que la vida desde que oposito no la veo igual, ni podré verla como antes.
...que un rayo de sol te sube el ánimo (y eso no hay nadie que me lo pueda discutir).
...que mis manias me hacen única -como opositora y como persona.
...que mens sana in corpore sano (y esto hay que tomárselo muy muy en serio).
...que opositando se madura, se trabaja la humildad y se modera la soberbia.
...que los premios de consolación saben a gloria tras un cante malo.
...que el camino recorrido ha sido duro, pero desde aquí yo ya alcanzo a ver el mar.
...que si, que puedo.
¡QUE YA NO TE TENGO MIEDO OPOSICIÓN!
PD: bueno que si que te tengo, pero ahora ya es más respeto que miedo :)
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