Cataluña. Primera vez que salgo de la burbuja de la oposición en este lienzo, pero no puedo estar callada. Ríos de tinta se han escrito, probablemente con mayor peso y conocimiento que esta escorrentía de palabras. No voy a hablar de política, ni de declaraciones, ni acciones u omisiones.
Ni de mi, ni de ti depende que se declare la independencia, de que se aplique el 116 o el 155, de que intermedien o se dejen de hablar los que salen en la televisión. Es así. Nuestra democracia, sabemos que funciona cada 4 años, y en el durante...¡a cruzar los dedos!.
Sin embargo, creo que todos dejan en el tintero lo esencial, lo que SI depende de nosotros, los "de abajo", y ese es el respeto. Hacia uno mismo, tratando de ser lo más coherente con sus pensamientos; hacia nuestras familias, tratando de que permanezcan tal y como son, con sus imperfecciones y sus aristas, pero íntegras; hacia los extraños, respetando sus puntos de vista por muy alejados que estén de los nuestros; hacia nuestra sociedad, evitando que se resquebraje por hacer prevalecer las ideas propias a la paz (una vez más).
Si algo depende de mi (y de ti), es el evitar crear más crispación de la que hay, en la calle y en las redes sociales. Con esto no quiero decir que la libertad de expresión deba de ser coartada en beneficio de unos u otros, simplemente que se haga del modo menos dañinos para el sentir del otro punto de vista. Insultar a uno que piensa distinto, aunque sea un ignorante al lado del contertulio, es quedarse sin la razón, es desprestigiar a la propia esencia de la conversación, el diálogo, el entendimiento y en última instancia, de la ética.
Estos días he tenido infinitas ganas de dejar de ver en mi redes sociales a los exaltados que menosprecian o se mofan de la opinión ajena, pero haciendo un gran trabajo de recapacitación, me he dado cuenta de que eso, sería entrar en el juego. De otra forma, pero entrar. ¿Por qué voy a dejar de seguir el trabajo de un periodista o un artista o dibujante por sus ideas?¿me gusta por sus ideas o por su trabajo? Hacer criba por la ideología de una determinada persona, tiene un nombre: fascismo.
Ver el mundo por un único cristal (el mío) no hace sino empequeñecerlo. Aunque esté en las antípodas del pensamiento de tal o cual persona, me obligo a no dejar de leer sus ideas, porque es una forma de volver a repensar y recalcular mi postura hacia un tema, de ese modo, estaré un pelín más cerca de ver el mundo más "como es".
Leer, seguir o hablar con el que piensa distinto, parece que se siente como una agresión al pensamiento propio. Quizá si lo viéramos como un intercambio de ideas, que pueden permitir tener una visión más global, quizá respetaríamos más e insultaríamos menos.
Así que, mientras los de arriba hacen y deshacen,
que menos, que un poco de respeto entre los de aquí abajo.
que menos, que un poco de respeto entre los de aquí abajo.
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