Conforme pasa el tiempo, uno tiende a acomodarse a las rutinas de la
oposición. A tal hora empiezo, ergo a tal hora este tema lo tengo que
tener acabado (y como maximísisisimo a esta otra). El descansito de 5
minutos o el de 10, o cuando se te alarga y tienes que apretar el culete
porque sino te darán las uvas.
Cuando volví de
vacaciones ya dije que me encontré en el desierto, que no tiraba a la de
tres. Eso lo dije porque sobre todo, los civiles (mi Talón de Aquiles,
yo confieso) estaba tardando el doble de horas en estudiarlos que antes
de vacaciones. La primera semana le di la importancia justa. La frase
duerme-conciencias "es que acabo de volver de vacaciones". La segunda
semana, "venga que será porque son temas difíciles". Pero ya la
tercera...me empezó el agobio, de que cómo podía ser, que si me estaba
volviendo tonta, que si es que acaso tenía desmotivación...
Total,
una que es muy de arremangarse y arreglar todos los desaguisados que
tiene en su vida, empecé a darle vueltas a cómo conseguir volver a
estudiármelos en el tiempo que utilizaba antes de vacaciones. Un día me
acordé de que durante la preparación del examen, en las vueltas finales y para que me diera tiempo a meter los temas
por día que me había planificado, empecé a cronometrar el tiempo por
tema (en plan, 20 minutos por tema, por ejemplo), y que gracias a eso,
los había conseguido meter.
Así que dije ¡eureka!, me
cronometraré el tiempo de estudio por página. Aún así sabía que eso me
iba a estresar, quizá en exceso. Así que ideé el método inverso. Es
decir, coger el folio, estudiarlo y entonces mirar cuántos minutos había
utilizado. Así, folio tras folio, más o menos tengo una media de lo que
tardo en estudiar un folio. Si me excedo, sé que me he dormido en los
laureles, y tengo que volver a centrarme, pero al haber sido solo en un
folio, la "pérdida" de tiempo, no es tan excesiva como si hiciera un
cómputo total de tiempo al final del tema, o incluso si no hubiera
medido el tiempo invertido.
Además, como sé que ver
pasar los segundos y minutos me iba a estresar e iba a estar más
pendiente de eso que del propio tema, le doy la vuelta al crono. De modo
que lo enciendo cuando empiezo folio, le doy la vuelta, y cuando acabo
lo paro, miro el tiempo, lo pongo a cero y vuelvo a empezar.
Así,
siento cierta presión, sin ser excesiva, y he aligerado bastante en el
estudio, volviendo casi del todo a los tiempos preestivales.
Ánimo! No estancarse es estar un poco más cerca!.
Me ha hecho mucha gracia tu entrada porque me he visualizado en los últimos repasos en los que tienen que entrar todos los temas sí o sí en pocos días para que estén frescos cual lechugas... Yo me ponía una nota a la altura de los ojos con el numero de tema al lado de la hora de inicio y hora fin, así para 10-15 temas, cada 15 o 20 minutos según viera qué temas tocaban, y los más chungos por los más fáciles para compensar tiempos. En general, funcionó.
ResponderEliminarMucho ánimo. Yo estoy deseando acabar ya, a ver si este es mi año "sí o sí..." me falta por hacer el práctico y último y esperar... Besos.
Qué alegría saber de ti!!! Más aún cuando estás rozando el final de esta historia!
EliminarLa verdad es que desde fuera debe ser gracioso vernos, con los cronos mirándolos como locos, poseidos por una fuerza extraña y pasando folios sin parar.
Me encantará saber de ti cuando acabes! Siempre motiva saber que al final se consigue! Un besote!